18 de junio de 2013

Sobre la hipótesis de un auto golpe de Estado y una clase media en el Perú

Este artículo centrará su análisis, sobre el poco apoyo que podría lograr el actual Presidente de la República del Perú, Ollanta Humala Tasso, si de él se esperase otro 5 de abril de 1992.

Noto con ya bastante preocupación que las circunstancias actuales en el Perú están cambiando; desde la poca capacidad de la prensa peruana, celoso guardián de los intereses de la clase empresarial de este país, hasta flaqueza Institucional de la Democracia en el Perú; desde la falta de compromiso de la mayoría de los ciudadanos de este país, hasta somnolencia que causa el llamado gran crecimiento económico en sus mentes y que hace que la nueva clase media emergente este más preocupada en sus bolsillos del presente que en sus bolsillos del futuro (craso, pero evidente error); desde lo que yo considero la muerte lenta del Estado —desde su creación—, hasta su incapacidad por conseguir las metas u objetivos que sus ciudadanos esperan de él. El estado peruano que ha decepcionado a sus ciudadanos, parece estar una vez más frente a dos de los fantasmas que históricamente lo han perseguido: las dictaduras y los autoritarismos.


Cuando cualquier ciudadano peruano se anima a averiguar sobre la historia de su país, de su gente, sus orígenes, “sobre el Perú”; uno no encuentra sino ruinas y escombros, el Perú es uno de los muchos países que ofrece una historia muy triste desde su fundación como República, una historia plagada de corrupción, guerras internas, caudillismos, discriminación y demás cuestiones desagradables describen la historia de este país.

El Perú lleva un poco más de 10 años de democracia, desde la caída de Fujimori; hoy 2013 a este país, lo gobierna una vez más un ex militar llamado Ollanta Humala, el mismo que si bien en un primer momento encarnó la esperanza de la clase más indignada de este país, una vez llegado al poder traicionó aquellos valores morales por los cuales fue conocido y apreciado.

Ahora sobre este fenómeno hay dos cosas a discutir muy importantes; la primera es que si bien Humala significo todos los rincones olvidados del país en su primera postulación a la presidencia, una vez llegada la segunda oportunidad, como lo dicen la mayoría de los analistas de izquierda de este país, fue capturado por la derecha, pero más que eso Humala no llegó al poder precisamente porque la derecha haya tenido mucho que ver, sino porque este llego al poder bajo el auspicio de la creciente y cada vez más pasiva, clase media peruana.

Yo creo que Humala ganó las elecciones porque cumplió, más allá de las pretensiones de la clase alta, las expectativas de la clase media, pues el viraje hacia la hoja de ruta le dio un apoyo mayoritario sobre la sombra mortal de la institucionalidad de este país, que significo el fujimorismo, y es que en realidad es esta, la clase media, la que está definiendo el futuro de la clase política en el país, sino observemos como es que después de la campaña sucia contra Susana Villarán, la clase media no se comió el bocado y la apoyo para que esta no fuera revocada.

Así las cosas, desde mi punto de vista esta clase media creciente, acrítica y poco reflexiva es el punto de inflexión, no solo en la sociedad peruana sino, también en gran medida en la sociedad mundial, alguna vez oí de alguien que "en una sociedad, la clase más peligrosa no es precisamente la clase alta, tampoco lo es la clase pobre, sino la clase media".

Una vez explicado el protagonismo que tiene la clase media en este país, iré al fondo del asunto; ¿por qué Humala de realizar un autogolpe o un golpe de estado, este no duraría más de seis meses? Crece con gran preocupación en la convenida prensa nacional,así como en los otros sectores de la política, principalmente de oposición, las recientes denuncias que pesan sobre el gobierno en cuanto auna posible red de espionaje gestionada desde la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), la misma que tiene como fin realizar labores de inteligencia al servicio del estado peruano, sobre todo para cuestiones de seguridad nacional; ha empezado a tomarse más enserio sus labores, al estar espiando no solo a sujetos, que seguramente calificarían como potenciales enemigos del estado peruano, llámese terroristas, narcotraficantes, etc.; sino que ésta, bajo presumible orden de palacio, ha empezado a realizar labores de espionaje a periodistas, políticos, activistas, sindicalistas, entre quizás otros grupos más.

Llama la atención también que el presupuesto de la DINI haya aumentado en más de siete veces, 73 millones de soles, si bien es importante contar con un servicio secreto que este a los intereses del estado, sí puede ser letal para la prematura democracia en el Perú, las labores de espionaje sobre gente que no califica como potenciales enemigos del estado, sino más bien como potenciales enemigos del gobierno; ante ello me pregunto ¿Qué es lo que pretende el gobierno de ser cierto todo esto? ¿Cuál es su interés en averiguar e interceptar las llamadas telefónicas de las diferentes personalidades políticas de este país?, la situación en realidad es bastante preocupante.

Ahora si en algún momento Humala - ante el no indulto a Fujimori, ante los escándalos del APRA sobre los narcoindultos y la persecución política que estos le atribuyen al gobierno, sumado todo esto a las alucinadas declaraciones de Toledo, sobre el caso de la compra de inmuebles sin fondos de su suegra- creyera que la oposición estaría dispuesta a celebrar algún tipo consenso, está muy equivocado, pienso que la oposición en el Perú está creciendo y no solo desde el sector de la política, varios miembros de la clase empresarial peruana ven con cierto recelo las acciones del gobierno, desde la fallida compra de Repsol, hasta la polémica ley chatarra, a esto sumémosle también el creciente descontento de varias de las fuerzas de izquierda, que se han sentido traicionadas por la actual gestión, solo basta con hablar de uno de sus más connotados líderes, el desaparecido Javier Diez Canseco. La oposición en el Perú no dejará gobernar a Humala desde el congreso, pero quizás sea esto justamente lo que quiera el gobierno.

Cuando Fujimori cerró el congreso aducía que el mismo no lo dejaba gobernar, pues tenía iniciativas normativas para combatir el terrorismo, pero estas se veían enfrascadas en el legislativo por la oposición, ante tal incomodidad Fujimori cerro el congreso, y a pesar que llamó a nuevas elecciones para definir uno nuevo, la democracia en su elemento más formal estaba ya muerta. Ahora sobre esto último es importante también hacer una breve reflexión, la misma que tendrá otro momento y otro espacio por no ser pertinente a estas líneas.

Ahora si las condiciones se están dando para el que el gobierno tome tal decisión, ¿Porque la misma no tendría tanto respaldo en la población?, creo que la respuesta a esta pregunta estará en los siguientes motivos.

Primero. Humala no tiene un partido político, pues una de las características esenciales del mismo es precisamente que este mantenga una línea ideológica, cuestión que no caracteriza al partido de gobierno, más que un partido político el nacionalismo, es un movimiento político dado por la sensiblería de un pequeño grupo sin mucha formación política, cuestión que es de real capital, si es que se quiere tener larga presencia y alto calado en la política nacional.

Segundo. Humala no es un líder político nato, pues incluso se le ha vilipendiado desde la prensa de manera constante a raíz de las supuestas interferencias de su mujer a la hora de gobernar, mucho menos es (a pesar que Abugattás lo diga en cuanto programa vaya) un estadista, un comunicador o un embelesador de masas. ¡No!  Parece ser que al formación militar en Humala no le ha permitido desarrollar otro tipo de virtudes en su vida, que seguramente le vendrían a bien.

Tercero. Pienso que la Policía Nacional no apoyaría decididamente este hecho, pues Humala a tratado muy mal a esta institución y que si bien goza del apoyo de las Fuerzas Armadas este tampoco es claro, pues existe una claro malestar al interior esta institución por los maratónicos ascensos de la promoción del presidente a los principales puestos de esta institución. Así las cosas; con una desaprobación en caída y con poco respaldo, a su gestión, pienso que Humala no tendría mucha suerte en su nueva aventura política y mucho menos la tendría su mujer.

Cuarto. Y las más importante, es que si hay algo que aplaudirle al ciudadano peruano, (de eso quiero sentirme por mucho tiempo todavía, casi seguro) más aun pensando en la clase media de la que ya he explicado, es que no creo que el Perú; después del trauma del terrorismo y los excesos de los gobiernos autoritarios y dictatoriales, esté dispuesto a tolerar, según las condiciones actuales, un golpe de estado y menos si la da un militar.  Me atrevo a pensar, y lo hago muy acongojado aunque suene a burla, que de darse esto, la oposición capitalizaría su fuerza en dos personajes, Alan García y Alejandro Toledo, estos seguramente harían grandes convocatorias en todo el país y se volvería a dar algo así como una nueva marcha de los cuatro suyos para recuperar la democracia, pero es ahí donde justamente entrará a calar decididamente la clase media peruana y mas la capitalina (y en realidad solo por ser ahí donde se concentra casi todo el aparato estatal del país), pues veríamos los esfuerzos de miles de jóvenes demócratas y otros no tan demócratas, pero seguros de sus libertades individuales, reaccionar de manera decisiva ante el nuevo invasor de nuestras vidas; invasor que amenaza latente, pero sigiloso; invasor que asusta, pero no logra conservar ni mantener mentes asustadas a sus pies, sé que el Perú reaccionaría por lograr una vez más su libertad y es que en verdad creo que como ciudadanos no podemos volver a permitirnos una vez más que nos vuelvan a quitar la esperanza de alguna vez vivir en un Perú digno y cada vez mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario