10 de junio de 2013

¿Desde cuándo existe la institución del mercado?

En ninguna época se ha discutido tanto sobre el mercado como en los tres últimos siglos de nuestra historia; sin embargo, poco se ha reflexionado sobre su origen.  Por ello, ensayaré a continuación una repuesta sobre el origen de la institución del mercado en el mundo occidental.  Evidentemente, la empresa que tomo es riesgosa debido a que algunos arqueólogos e historiadores contemporáneos no conciben la posibilidad de ubicar el origen del mercado en la época antigua debido a que muchos culturas del Asia Menor y de la Europa Occidental se regían mediante sistemas económicos en los cuales la distribución de los bienes se hacía sólo desde alguna administración central. A pesar de ello, veremos que diferenciar entre las relaciones de intercambio y las relaciones de producción hegemónicas nos permitirá hablar de "mercados" en la edad antigua.

Para ensayar una respuesta adecuada a nuestra pregunta -desde cuando existe el mercado-, primero debemos indicar cómo lo definiremos y qué puntos son los que le dan el estatus de institución. Recalco su carácter de institución y no de agente pues esto me permite sostener que existe un contexto social más complejo en el que el mercado se sitúa junto a otras instituciones como las políticas, religiosas o académicas. De esta manera, podría decirse que el mercado se puede entender como la confluencia de ofertante(s) y comprador(es) con la intención de cambiar un bien por otro, o bien, adquirir alguno mediante la entrega o pago de  una unidad de cambio (dinero) la cual, al mismo tiempo, puede ser considerada como otro bien. Entonces, se puede deducir que el intercambio en el mercado “se orienta por el hecho de que se ofrecen con carácter general bienes para el cambio y se demanda otros bienes, es decir, por la existencia de ´probabilidades de mercado´[1](Weber, 1961: p.5).


Así, a pesar de que se requiere de un precio o valor de cambio para realizar una transacción, no es que al mercado se lo defina en función de este ni mucho menos sería conveniente considerar que debe ser necesariamente un precio de equilibrio en el sentido expuesto por la teoría económica estándar (precio de ofertante igual a precio de demandante). Más bien, los precios son elementos resultantes de una interacción en el mercado. Así, se pude concebir que en las relaciones comerciales se asuma y se confíe en la existencia de un mercado.

Por lo tanto, es posible concebir que las primeras civilizaciones tuvieron mercado pero no totalmente difundido ni mucho menos a gran escala como actualmente lo podemos ver ya que como sugiere Adam Smith: “El hombre subviene a la mayor parte de sus necesidades cambiando el remanente del producto de su esfuerzo, en exceso de lo que consume, por otras porciones del producto ajeno, que él necesita” (Smith, 2010: p.24). Inclusive, se verá más adelante que el mercado surgiría por el accionar de los Estados ya que son estos los primeros y principales agentes en desarrollar los intercambios de recursos durante la historia antigua.

Dado esto, la propuesta es situar el nacimiento de la institución del mercado entre el 2000 y el 538 a.C. período entre el cual la civilización de Mesopotamia empieza a mostrar un gran desarrollo en el comercio de mercancías. Babilonia, desde antes de los profetas bíblicos ya era conocida como “el país de los comerciantes”. El desarrollo del intercambio en esta cultura es interesante, debido a que los babilonios ya utilizaban el comercio con unidades de cambio tales como los trozos de oro o plata de un peso determinado. Inclusive, en los códigos que regían la vida en la ciudad se obligaba a establecer “un contrato escrito firmado por las dos partes contratantes y por testigos” (Grimberg, 1982: p.281) al realizarse las compras o convenios de alquiler o arrendamiento. A su vez, el código de Hamurabi ya daba cuenta de la necesidad de regular las transacciones financieras influenciada por el derecho mercantil practicado por los comerciantes babilónicos.

Cabe resaltar que los agentes principales de estos primeros mercados internacionales eran los Estados. Por eso es que el gobierno Babilonio llevó a cabo grandes expediciones comerciales con el fin de expandir el área de influencia y las posibilidades de intercambio hacia Grecia, Arabia, el Indo.  Como resultado, podría abastecerse de grandes cantidades de recursos como la madera de cedro libanés, las piedras o metales preciosos y asfalto. En consecuencia, los puertos y las ciudades florecían debido a que eran puntos estratégicos en donde se materializaba el mercado.

Esto podría sonar contradictorio y pondría en tela de juicio la idea de que existían mercados en la época de la civilización mesopotámica debido a que no habría participación alguna de los ciudadanos en el comercio. No obstante, según algunos historiadores hay evidencia de que los mercaderes eran actores relevantes en la dinámica comercial y que  contaban con el apoyo del Estado. Por ejemplo, Grimberg habla de que un rey de Mesopotamia septentrional envió una carta de protesta al faraón Eknatón de Egipto tras el ataque y asesinato de unos mercaderes mesopotámicos por parte de bandidos palestinos. 

Aún si no se creyese lo dicho con anterioridad, se puede reafirmar la idea de que el origen del mercado se sitúa en la edad antigua mediante la revisión del período de la república romana. El mercado se establece masivamente en una urbe romana tras la creación del Foro en el siglo VIII a. C. El Foro no sólo estaba destinado a actividades oficiales de la ciudadanía, sino que también hacía las veces de centro comercial y estaba bordado por tiendas en el norte y sur del terreno que comprendía. Dichas tiendas eran de propiedad del Estado y este las alquilaba a los comerciantes. Los mercaderes eran en su mayoría carniceros y cambistas o prestamistas.
Vista de las ruinas del Foro de Trajano.

Posteriormente,  el emperador Trajano construyó otro foro en donde estableció un nuevo mercado cuyo surgimiento se deben a los deseos de tener bajo control del Estado el abastecimiento general de la población mediante la vigilancia de los comerciantes e importadores. Esto no necesariamente implica que el Mercado de Trajano sólo servía para el abastecimiento de bienes distribuidos solo por el Estado, pues existían artículos que no formaban parte de las distribuciones administrativas a la población.

En conclusión, se pueden tomar dos elementos relevantes de la exposición. Primero, la existencia de rutas comerciales y el intercambio entre civilizaciones de diversas regiones ya da evidencia de un mercado internacional pero que es muy distinto a los mercados modernos. Como se evidencia, estos mercados internacionales estaban dominados por Estados pero con una pequeña cantidad de comerciantes. El otro punto es que al final, se podría especular que el Estado y el mercado van de la mano, pues es posible que la necesidad de intercambio de nacimiento a un mercado de mercancías extranjeras.

BIBLIOGRAFÍA:

·         GRIMAL, Pierre
2011      La civilización romana: vida, costumbres, leyes y artes. Paidós: Barcelona.

·         GRIMBERG, Carl
1982      Historia Universal t.I Eds. Daimon

·         PIRENNE, Jacques
1987      Historia Universal t.I Océano: Buenos Aires

·         SMITH, Adam
2010      Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones. 2da. ed. FCE: México D.F.

·         WEBER, Max
1961      Historia Económica General. 3ra.ed. FCE: México D.F.


[1] El concepto de probabilidad de mercado se refiere a la posibilidad de intercambio de un bien.

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